
VICTÒRIA VIVES Doce de los dieciocho dimonis que salen a la calle hoy por la tarde serán interpretados por gente nueva. La selección se hizo por sorteo entre los casi 50 candidatos que se inscribieron. La figura de Sant Antoni también se sorteó.
Han pasado 22 años desde que los dimonis de Alcúdia se lanzaron a la calle por primera vez para repartir escobazos y perseguir a grandes y pequeños. La fiesta se ha consolidado y ha llegado el momento de que se integre en el grupo de malvados a gente joven y, en el futuro, incluso aumentar el grupo. Por ese motivo la asociación Sarau Alcúdienc, ha impulsado esta renovación.
Por ahora, la mayoría de los candidatos afortunados son chicos que han crecido y participando siempre de las carreras y persecuciones en las calles de Alcúdia cada 16 de enero por la tarde. Pero este año, por primera vez, interpretarán el papel de perseguidores.
El sorteo se realizó el pasado viernes, en la Casa de Cultura de la Fundación Torrens. El ambiente era de una gran expectación y silencio. También había cierto nerviosismo. Cada vez que se leía un nombre, el grupo de aspirantes aplaudía y rápidamente contenían nuevamente la respiración deseando ser, cada uno de ellos, el siguiente afortunado.
Llegó después el momento de repartir las vestimentas y máscaras y hacer los preparativos para que la fiesta sea hoy un éxito.
Para participar como dimoni los requisitos eran pocos: ser mayor de 14 años y llevar empadronado en Alcúdia un mínimo de cinco. Pero se hacía otra recomendación: estar en buena forma física.
Y es que los dimonis de Alcúdia tienen fama de malos y terroríficos. Algunos se descuelgan por la fachada del Ayuntamiento y otros corren más que el propio diablo. Los niños más pequeños les tienen pánico porque, independientemente de la fea máscara, los alzan, se los arrebatan con fuerza a los padres, o tratan de atarlos a un árbol o farola. Pero los adolescentes son también de armas tomar y más le vale a los nuevos acólitos no aventurarse solo tras una peña desbocada pues rápidamente la situación puede invertirse y recibir más leña de la que se reparte
Han pasado 22 años desde que los dimonis de Alcúdia se lanzaron a la calle por primera vez para repartir escobazos y perseguir a grandes y pequeños. La fiesta se ha consolidado y ha llegado el momento de que se integre en el grupo de malvados a gente joven y, en el futuro, incluso aumentar el grupo. Por ese motivo la asociación Sarau Alcúdienc, ha impulsado esta renovación.
Por ahora, la mayoría de los candidatos afortunados son chicos que han crecido y participando siempre de las carreras y persecuciones en las calles de Alcúdia cada 16 de enero por la tarde. Pero este año, por primera vez, interpretarán el papel de perseguidores.
El sorteo se realizó el pasado viernes, en la Casa de Cultura de la Fundación Torrens. El ambiente era de una gran expectación y silencio. También había cierto nerviosismo. Cada vez que se leía un nombre, el grupo de aspirantes aplaudía y rápidamente contenían nuevamente la respiración deseando ser, cada uno de ellos, el siguiente afortunado.
Llegó después el momento de repartir las vestimentas y máscaras y hacer los preparativos para que la fiesta sea hoy un éxito.
Para participar como dimoni los requisitos eran pocos: ser mayor de 14 años y llevar empadronado en Alcúdia un mínimo de cinco. Pero se hacía otra recomendación: estar en buena forma física.
Y es que los dimonis de Alcúdia tienen fama de malos y terroríficos. Algunos se descuelgan por la fachada del Ayuntamiento y otros corren más que el propio diablo. Los niños más pequeños les tienen pánico porque, independientemente de la fea máscara, los alzan, se los arrebatan con fuerza a los padres, o tratan de atarlos a un árbol o farola. Pero los adolescentes son también de armas tomar y más le vale a los nuevos acólitos no aventurarse solo tras una peña desbocada pues rápidamente la situación puede invertirse y recibir más leña de la que se reparte

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